Mientras la Tierra experimenta cataclismos sin precedentes -desde lluvias e inundaciones anómalas en el desierto del Sahara hasta huracanes devastadores en Europa y Brasil-, algo mucho más peligroso se vislumbra en el horizonte.
Les presentamos un resumen de los desastres climáticos ocurridos durante la semana del 9 al 15 de octubre, que les abrirán los ojos ante lo que le está ocurriendo a nuestro planeta y les ayudarán a darse cuenta de la catástrofe a la que se enfrenta la humanidad.
En Marruecos, las lluvias anómalas provocaron graves inundaciones y la formación de lagos y lagunas en una de las regiones más secas del mundo: el desierto del Sahara.
La potente tormenta Kirk azotó Europa Occidental. En Portugal, más de 300.000 personas se quedaron sin electricidad. En la región española de Galicia, la caída de árboles, los deslizamientos de tierra y las inundaciones perturbaron gravemente el tránsito por carretera y ferrocarril. En París, las lluvias torrenciales batieron un nuevo récord en octubre: 71 mm de precipitaciones en un solo día. En la región italiana de Lombardía se declaró el nivel rojo de peligro.
En Brasil, tras 167 días de sequía, un fuerte aguacero azotó la capital, inundando edificios y calles. El agua se filtró incluso por los tejados de los edificios. En el municipio de Tres-Ranchos, una "microrráfaga" destruyó por completo un nuevo campo de deportes que estaba a punto de inaugurarse. En Vietnam, dos tornados destruyeron 67 casas e hirieron a 19 personas, entre ellas 5 niños.
En octubre se ha producido un aumento de la actividad solar. Desde principios de mes, ya se han producido 6 llamaradas solares de clase X. El 3 de octubre se produjo una llamarada X9.0, la mayor del actual 25º ciclo solar. Se esperaba que desencadenara una tormenta geomagnética G3 en 2 días, pero las condiciones geomagnéticas en la Tierra siguieron siendo normales, y hasta el 4º día no se materializó la previsión. Este retraso en la llegada de la tormenta desconcertó a los especialistas.
La eyección de plasma de la llamarada X1.8 que se produjo el 9 de octubre provocó una tormenta geomagnética G4 muy potente en nuestro planeta, que se quedó a un 10% del nivel más alto-G5.
La velocidad del viento solar alrededor de la Tierra alcanzó unos 800 km/s, el doble de lo normal.
La tormenta geomagnética fue tan fuerte que la aurora pudo observarse en regiones absolutamente atípicas, como Europa, a lo largo de la costa mediterránea, e incluso en Cuba y Haití, donde la probabilidad de auroras es casi nula. La tormenta provocó interrupciones en las operaciones de GPS y en las comunicaciones por radio de alta frecuencia. En Estados Unidos, los agricultores tuvieron que suspender el trabajo o reajustar manualmente los equipos agrícolas de precisión que dependen de la tecnología GPS.
El color rojo que tiñe cada vez más las auroras indica la existencia de procesos patológicos muy peligrosos en la atmósfera.
Representantes de la NASA anunciaron que el Sol ha alcanzado un período de máximo solar. Los especialistas esperan que tras pasar este punto, que en ciclos anteriores podía durar alrededor de un año, la actividad solar comience a declinar. Pero esta vez la situación es radicalmente distinta. El sistema solar está entrando actualmente en el punto álgido de un ciclo más global de 12 mil años. Durante este período, está sometido a poderosas influencias cósmicas externas que transmiten energía adicional a los núcleos de todos los planetas. Como resultado, el aumento del calor interno y la activación del interior de la Tierra se está produciendo actualmente de forma sincronizada en todos los planetas del sistema solar e incluso en sus lunas.
En la Tierra, observamos una intensificación de la actividad volcánica y sísmica, anomalías en el campo magnético y calentamiento de la corteza terrestre. También aumentan los cataclismos climáticos: incendios forestales, tormentas, huracanes, precipitaciones extremas e inundaciones. El Sol no es una excepción: también está recibiendo energía adicional de influencias cósmicas externas, y su actividad seguirá aumentando rápidamente hasta alcanzar niveles extremos a los que la humanidad moderna nunca se ha enfrentado antes. Cualquier erupción posterior del Sol podría devolver a la humanidad a la Edad de Piedra.
Por ello, la solución a este problema debe ser urgente e inmediata. En una serie de foros titulada "Crisis Global", científicos y voluntarios han reunido información exhaustiva sobre este tema. Es hora de que la comunidad mundial una el potencial científico de la humanidad y aborde colectivamente la creciente crisis climática antes de que el clima decida nuestro destino común.