El clima sigue trayendo sorpresas desagradables. A menudo, no somos conscientes de las consecuencias que una u otra anomalía climática pueden tener para nosotros. Los acontecimientos de la semana pasada, del 5 al 11 de febrero, lo demostraron claramente.
Un sistema de baja presión con masas de aire polar frío cubrió los países de Oriente Medio desde el 5 de febrero.
En Líbano, en el valle de la Becá, se registraron intensas nevadas, lo que llevó al cierre de algunas carreteras.
En Jordania, las fuertes lluvias afectaron al norte y al centro del país. En la región de Ajlun, cayó 1,5 veces la precipitación mensual normal.
En la región de Ma’an, el 6 de febrero, se produjo una intensa tormenta de arena, lo que provocó el cierre de carreteras debido a la baja e incluso nula visibilidad en algunos lugares.
En Israel, la tormenta trajo un brusco descenso de temperatura. Una persona falleció por hipotermia, y otra fue hospitalizada en estado crítico.
En Irán, el frío extremo, la nieve y las inundaciones afectaron a miles de personas. En la provincia de Guilán, se registraron lluvias sin precedentes, lo que provocó desbordamientos de ríos e inundaciones masivas. En la ciudad de Rasht, en solo un día, cayeron 107 mm de precipitaciones, estableciendo un récord histórico.
En la región del Caribe, un terremoto de magnitud 7,6 provocó una alerta de tsunami.
En Brasil, las fuertes lluvias causaron inundaciones y deslizamientos de tierra, afectando a miles de personas.
Desde el 6 de febrero, Estados Unidos ha sido golpeado por una serie de poderosas tormentas invernales. La combinación de hielo, nevadas y tornados provocó caos en las carreteras y cancelaciones de vuelos.
En la región del Atlántico Medio, tras una lluvia helada, algunos objetos quedaron cubiertos con una capa de hielo de hasta 11 mm.
Varios tornados azotaron el estado de Kentucky, mientras que en Tennessee, un tornado EF-2 dejó dos muertos y tres heridos.
China enfrentó un deslizamiento de tierra devastador, que sepultó bajo toneladas de tierra a 29 personas.
Japón fue golpeado por nevadas récord. En la ciudad de Obihiro, prefectura de Hokkaidō, cayeron 120 cm de nieve en solo 12 horas, estableciendo un récord histórico en todo el país.
En Islandia, una de las tormentas más fuertes de los últimos años causó graves daños a la infraestructura. La tormenta estuvo acompañada de truenos y relámpagos visibles en toda la isla, un fenómeno extremadamente raro para el clima subártico, especialmente en invierno.
En Rusia, un potente anticiclón estableció récords de presión atmosférica, provocando problemas inesperados, incluidos fallos en los sistemas de aeronaves.
Una vez más, los acontecimientos han demostrado que la humanidad sabe demasiado poco sobre lo que está ocurriendo con el clima y no está preparada para nuevas anomalías naturales. ¿Cree que algún propietario de automóvil podría haber previsto que un anticiclón le causaría estos problemas? Pero esto ni siquiera es lo más grave.
Todo en nuestra sociedad, incluida la infraestructura crítica, depende completamente de la electrónica, que puede fallar bajo el impacto de fenómenos naturales.
Por ahora, solo vemos una pequeña parte de los riesgos ocultos, que seguirán aumentando a medida que las catástrofes climáticas se intensifiquen.
Debemos estar preparados para los desafíos que se avecinan. Para ello, es fundamental unir el potencial científico global para comprender mejor las causas de la crisis climática, identificar todos sus peligros ocultos y, lo más importante, encontrar una solución definitiva.